22 oct 2007

Entrevista al P. Manuel Carreira

El conocido sacerdote experto en física aclara en esta entrevista importantes aspectos sobre la relación entre la ciencia y la fe.

Creer, lo más razonable y científico
INTRODUCCIÓN:
El P. Manuel M. Carreira, S.J. es Licenciado en Filosofía por la Universidad de Comillas y de Teología por la Universidad Loyola de Chicago. Su formación como científico incluye el Master en Física (John Carroll Univ., Cleveland) y el Doctorado con una tesis sobre rayos cósmicos (The Catholic Univ. of America, Washington). Desde 1970 ha ejercido la docencia e imparte conferencias por distintos lugares del mundo sobre temas que relacionan la ciencia actual con la problemática filosófica y teológica.por José Antonio BENITO (Resumido)


¿De qué manera vincula su vocación de sacerdote con la de científico?


Dentro de las muchas cosas que la Iglesia hace según su misión está el educar y promover todo lo que es digno, valioso, en la actividad humana. La Iglesia, tradicionalmente, ha promovido la literatura, la poesía, la música, el arte, también la ciencia. Y como yo tenía el deseo de dedicarme a la ciencia y de enseñar, mi labor de científico ha ido en esa dirección de servir a la Iglesia como científico, pero también tenía el deseo, muy importante para mí, de ser sacerdote. (...) Cumplo lo que la Iglesia quiere del Observatorio Astronómico Vaticano, que tiene que hacer presente a la ciencia en el mundo de la Iglesia, y hacer presente a la Iglesia en el mundo de la ciencia.


¿Ciencia y fe son opuestas?


No, al contrario, se ayudan mutuamente. Son dos maneras distintas de conocer, pero ninguna de ellas es completa. La fe no me dice nada de cómo se mueven los astros, del funcionamiento de la naturaleza, de las estructuras vivientes. Por otra parte, la ciencia no me dice nada de lo que no se puede medir, no se puede experimentar: ni de lo que es el criterio de belleza para una obra de arte, ni del criterio de bondad para la ética o por qué el universo existe, o para qué existe, ni me dice nada del mundo del espíritu en general. La fe y la ciencia se deben respetar y ayudar mutuamente.

¿Qué nos dice del caso Galileo?


Es el ejemplo que suele aducirse como un conflicto entre la ciencia y la fe. En aquella ocasión, Galileo actuaba como científico, aunque se equivocaba en alguno de sus argumentos, y actuaba correctamente al decir que la solución de un problema de Astronomía debía buscarse en la experimentación y no en la Biblia. Por otra parte, los teólogos defendían también su campo para decirle a Galileo que no se metiese a decirles cómo interpretar la Biblia (...)Por no tener delimitados claramente los dos campos hubo errores por ambos lados, y no es justificado que se condenase a Galileo. Pero es falso que sufriese tortura alguna, pues lo más que padeció fue estar en la casa de un Arzobispo, bien tratado. (...)


¿Y qué tiene que ver el Génesis con la Biología y la Geología?


Cuando se habla del origen del hombre es común esta pregunta. No hay tampoco oposición. El Génesis no es un libro de Biología ni de Antropología sino que poéticamente nos dice que Dios se preocupa del hombre como hijo, al prepararle la casa y al hacerle de una forma especial, cuidadosamente, moldeando su cuerpo y dándole su propio espíritu de vida.Por otra parte, la Biología explica la evolución orgánica, pero no la aparición de la vida inteligente (...). El misterio del paso de la vida no inteligente a la vida inteligente está sin solucionar todavía (...) Lo único que cabe pensar es que procede de Dios, Inteligencia suma y el único que puede crear algo espiritual.


¿Hay alguna influencia de los astros en las vidas de las personas?


No, sencillamente no tiene fundamento alguno; siempre que se ha querido demostrar una comprobación sistemática, científica, de correlación, primero entre el nacimiento de una persona y sus características, y segundo, entre posiciones de los astros y los hechos que ocurren, no ha aparecido ninguna correlación. Esto se ha comprobado científicamente una y otra vez.El horóscopo es un resto de una superstición primitiva que se remonta a dos mil años cuando se pensaba que los planetas eran dioses y desde el cielo influían sobre los mortales en la Tierra. (...) Muchos de los que leen esto habrán conocido un hermano y una hermana gemelos, y comprobarán que (...) no les ocurren las mismas cosas todos los días a pesar de haber nacido con unos segundos de diferencia.


¿Posibilidad de vida inteligente en otros lugares fuera de la Tierra?
Científicamente puede existir, pero no tenemos prueba alguna, y no parece muy fácil, por las numerosas condiciones que se necesitan. (...) Se habla en Perú de algunos lugares que no tienen explicación científica, histórica o arqueológica, como las líneas de Nazca, donde no hay una explicación racional se apela a una razón más allá de la Tierra.Esa es una salida demasiado fácil: Como no sé por qué lo harían los terrestres debió hacerlos otro cuyas razones tampoco sé. A mí me parece totalmente ilógico que unos extraterrestres con la tecnología inmensamente superior a la nuestra para venir de una estrella hasta aquí dejasen como testimonio unas líneas de piedras toscas, o barridas en el suelo, que no tienen absolutamente nada de refinamiento tecnológico. Si quieren dejar una muestra de que han estado, que dejen un aparato interesante y que se vea; ahí no habría lugar a dudas. Todo parece ser obra humana.


Brujos, curanderos, ¿qué fundamento tienen?


En cuanto son prácticas de magia, de querer controlar espíritus de los muertos o de los vivos, de ángeles, de demonios, es charlatanería sin fundamento alguno y tiene connotaciones anticristianas. Buscar un espíritu e intentar manipularlo es una actitud que desprecia a Dios y la relación del hombre con Dios. (...)


Como cristianos, ¿cuáles son los criterios para creer razonablemente?


Como cristianos sólo aceptamos lo que dice nuestra fe acerca de verdades teológicas, las cuales son de orden distinto al científico, como ya he dicho. La ciencia nunca ha encontrado un hecho que vaya contra la fe, ni una ecuación puede demostrar nada contra la fe, ni un instrumento puede medir la existencia de Dios o la existencia del alma ni puede decirnos si una acción es buena o es mal. Todos esos aspectos no tocan a la ciencia y deben dejar abierto el camino a la fe.


¿Cómo concibe a Dios?


Es la realidad suprema, es la existencia pura por sí misma. Nadie le puede dar la existencia, nadie le puede añadir nada ni quitar nada, no está sujeto a ninguna de los cambios que nosotros tenemos en la vida, ni de lugar ni de tiempo ni de forma ni de ninguna otra característica. Por eso es la plenitud de sabiduría y poder, la plenitud de hermosura y, finalmente, con el magnífico atrevimiento de san Juan, podemos decir que Dios es Amor.



fuente
http://www.yaeshora.net/

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