11 nov 2008

Visión de eternidad

por p. San Alberto Hurtado
Meditación de Semana Santa para jóvenes, escrita en 1946

¿Qué piensa Dios del hombre? ¿De la vida? ¿Del sentido de nuestra existencia? ¿Condena Él esos inventos, ese progreso, ese afán de descubrir medicinas eficaces, automóviles veloces, aviones contra todo riesgo? No. Más aún, se alegra de esos esfuerzos que nos hacen mejor esta vida a nosotros. Pero para los que en medio de tanto ruido guardan aun sus oídos para escuchar nos dice: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».Oye, hijo: «Yo». ¿Quién? «Yo», Jesús, Hijo de Dios y Dios verdadero. «Yo», el Dios eterno, «he venido»: he hecho un viaje... viaje real, larguísimo. De lo infinito a lo finito, viaje tan largo que escandaliza a los sabios, que desconcierta a los filósofos. ¡Lo infinito a lo finito!, ¡lo eterno a lo temporal! ¿Dios a la creatura? Sí, ¡así es! Ese viaje es mi viaje realísimo. «Yo he venido»: ¡Ése es mi viaje! Por el hombre. La única razón de ese viaje: el hombre. ¿Ese minúsculo y mayúsculo? Porque si bien es pequeño, es muy grande; ¿es lo más grande del universo? ¿Mayor que los astros? Por ellos nunca he viajado, ¡ni menos sufrido! Por el hombre sí...Por el hombre, quizás no me entiendes: Por ti negrito, por ti pobre japonés; por ti, chilenito de mis amores, por ti, liceano de Curicó. Yo no amo la masa; amo la persona: un hombre, una mujer... «¡He venido» por ti!«Para que tengan vida». ¿Vida? Pero, ¿de qué vida se trata? La vida, la verdadera vida, la única que puede justificar un viaje de Dios es la vida divina: «Para que nos llamemos y seamos hijos de Dios» (1Jn 3,1). Nos llamemos, ¡¡y lo seamos de verdad!! No hace un viaje lejano el Dios eterno si no es para darnos un don de gran precio: Nada menos que su propia vida divina, la participación de su naturaleza que se nos da por la Gracia.


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Convivio Cali

CONVIVIO Cali se realizó entre el 7 y el 9 de Noviembre en el colegio Bolivar de esa ciudad bajo el lema "y tú, ¿qué esperas?".
Contó con la participación de estudiantes de diferentes colegios de la ciudad.
Este video muestra un poco cual fue la experiencia que se vivió en este CONVIVIO.

10 nov 2008

Un tema importante

A lo largo del año han habido distintas situaciones que, personalmente y pienso que como familia espiritual, nos han llevado a reflexionar sobre un elemento fundamental en la vida cristiana que es el tema de la esperanza. Se han hecho encuentros de jóvenes ( CONVIVIO, VIVENCIA), se ha ayudado a muchos damnificados por el invierno bajo el nombre de "SEAMOS ESPERANZA", hemos tenido retiros en el que se ha profundizado en esa virtud, en fin, hay muchas delicadezas del Señor que nos invitan a preguntarnos ¿en qué pongo mi esperanza? o mejor ¿en quién pongo mi esperanza? Sobre esto el Santo Padre Benedicto XVI, nos ofrece, en su encíclica SPE SALVI muchos elementos para profundizar en esta virtud que tan claramente el Señor nos invita a vivir.

Nos dice el Papa: "es verdad que quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sostiene toda la vida (cf. Ef 2,12). La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando « hasta el extremo », « hasta el total cumplimiento » (cf. Jn 13,1; 19,30). Quien ha sido tocado por el amor empieza a intuir lo que sería propiamente « vida ». Empieza a intuir qué quiere decir la palabra esperanza que hemos encontrado en el rito del Bautismo: de la fe se espera la « vida eterna », la vida verdadera que, totalmente y sin amenazas, es sencillamente vida en toda su plenitud. Jesús que dijo de sí mismo que había venido para que nosotros tengamos la vida y la tengamos en plenitud, en abundancia (cf. Jn 10,10), nos explicó también qué significa « vida »: « Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo » (Jn 17,3). La vida en su verdadero sentido no la tiene uno solamente para sí, ni tampoco sólo por sí mismo: es una relación. Y la vida entera es relación con quien es la fuente de la vida. Si estamos en relación con Aquel que no muere, que es la Vida misma y el Amor mismo, entonces estamos en la vida. Entonces « vivimos ».

para seguir reflexionando sobre el tema puedes ver la encíclica SPE SALVI en http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20071130_spe-salvi_sp.html