Es difícil conseguir la auténtica libertad, más aún si se debe obtener luchando contra nosotros mismos y contra las cosas que nos esclavizan.
La vida se me puede escapar,
se puede ir,
por mi dureza,
por mi rigidez.
La rigidez invadía mi mente,
la dureza de mis músculos,
detenían mis venas,
la vida se quedó en mis huesos, tiesos,
el corazón estaba vacío
ya no golpeteaba incesantemente,
¿tendré que cambiar?
¿de verdad quiero la libertad?
Los gritos, ¿por qué?
Atravesaban mi cerebro,
cual hielos puntiagudos,
¿Por qué yo?
¿Cómo me exiges ser libre
¿en medio de la libertad de este mundo?
¿acaso no lo estoy siendo?
Como todos los que deambulan por el mundito,
¿Por qué?
Por que es lo mejor.
Autor: Paul Neyra
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