Sin duda en la vida todos cargamos una o varias cruces, no es nada nuevo porque Dios hecho hombre lo hizo heroicamente a lo largo de su peregrinar en la tierra. Difícil sí es cuando la cruz no es asumida o lo que es peor, se arrastra con amarga mortificación y desesperanza. Cargar la cruz sí que duele, pero cuando con amor la unimos a la de Cristo el dolor nos santifica. Así contribuimos también al plan de salvación del mundo entero, de nuestros hermanos en la tierra y de los que aún se encuentran en el Purgatorio. Cargando el madero podemos unirnos a Cristo y depender de él tanto como un hijo lo hace de un padre. En la mortificación auténtica podemos explorar nuestro interior y encontrar nuestra identidad que es revelada por Dios El Señor Jesús nos exhorta en el Evangelio a seguirlo cargando la cruz, en ningún momento pide que lo sigamos sin obstáculos o problemas. Él quiere que el dolor lo llevemos con dignidad porque el sufrimiento a la luz de su resurección nos redime, siendo ganancia para el reino de los cielos, aquí y en el fin de los tiempos. ¿Cuánto tiempo viviremos? La interrogante es válida porque muchos sufrimos en carne propia grandes cosas, situaciones que muchas veces nos traspasan, siendo por supuesto la vida no sólo eso. Estar en gracia y vivir en la presencia de Dios es motivo de una gran alegría. No sabemos cuándo nos llegará la hora, por eso hay que prepararse viviendo cada minuto como Dios manda, esperanzados siempre, ya sea en la cima más alta con la roca más pesada o en la orilla del mar con la brisa más fresca. Ante esto dice San Pablo: "Todo lo puedo en Él que me conforta". Si nos fijamos cotidianamente sobre lo que nos falta nunca valoraremos lo que por gracia de Dios tenemos, o lo que es peor no viviremos el amor diario que verdaderamente nos hace felices No es fácil vivir el dolor porque no es agradable, Sin embargo es parte de la existencia. En las librerías new age existe un libro titulado "ama y no sufras", ¿De que amor está hablando el autor? Seguramente de algo gaseoso que no implica la pedagogía del sacrifico, la espera o la paciencia. No siempre el sufrimiento es buscado por nosotros, es decir que hay cosas que humanamente son inexplicables. Es que el dolor es un misterio y es en Dios donde puede tener sentido o luz. Carguemos la cruz y dignifiquemos nuestro dolor en Cristo que ganó la victoria con su muerte y resurección. No es fácil, pero hay que intentarlo, Jesús es maestro en el sufrimiento, recordemos, por mencionar algo, su infinita fe y unión al Padre en Getsemaní y en toda la agonía antes de su terrible muerte. |
Autor: Alejandro Lostaunau Neira |
"Nuevos Tiempos" Es un blog con algunos textos de reflexión apostólica y de vida cristiana para compartir.
21 nov 2007
No es lo mismo arrastrar la cruz que cargarla con amor
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